lunes, 30 de enero de 2017

RIMANTAS ZDANAVICIUS

UN LITUANO ENAMORADO DE VIGO

FARO DE VIGO

Zdanavicius, una vida entregada al mundo coral

Hijo de Elena y de Ludvikas, Rimas Zdanavicius, nacido en 1937 en –iauliuose, es maestro de Primaria y gran políglota con dotes operísticas. Estudió cuatro años de dirección coral en el Conservatorio de Kaunas (Lituania), cinco años en el Conservatorio Superior de Vilnius (Lituania) y varios meses de perfeccionamiento en Leningrado. En la ciudad de Klaipeda fundó y dirigió la escolanía coral "Gintarelis" que sirvió como proyecto educativo y germen para que el ministerio de cultura del país creara departamentos de canto coral en las escuelas de música del país.
El ahora premiado dio clase en la Escuela de Bellas Artes de Vilnius y también formó el coro, al frente del que estuvo más de dos décadas. Con él actuó para el Papa Woytila cuando visitó el país en 1993. Zadanavicius llegó a la ciudad en 1994, hace 23 años, para dirigir los coros infantil y juvenil del Conservatorio Mayeusis. Se hace cargo también del Coro Universitario de Vigo y luego del Coro Apóstol Santiago. 
Fue el responsable y director de los festivales "Vigo Canta", espacio en el que se fomentó la creación de coros infantiles en los colegios de Vigo.
Con los grupos corales tiene recorrido diversos países: Noruega, Dinamarca, Rusia, Alemania, Portugal o Canadá, entre otros.
En el azul inmenso de sus ojos infantiles guarda memoria de demasiados ejemplos de la estulticia humana. En los años convulsos participó en la defensa de la independencia de Lituania, delante del Parlamento, conocida como la Revolución Cantada en la que miles de compatriotas manifestaban su opinión con la única arma de sus canciones.
Montañero, practicante de esquí alpino –el Cáucaso y los Alpes forman parte de sus escenarios–, regatista asombrado por la belleza de nuestra ría... Sus aficiones son incontables. Es un gran amante de la naturaleza y un enamorado de la música que trata de compartir los valores de las pequeñas colectividades que constituyen cada coro: el respeto, la tolerancia, la disciplina...
"La música enriquece el alma, recubre el ser de sensibilidad, es refugio y fortaleza y configura integramente la persona". Estos son los motivos por los que ACOPOVI otorga el premio a "una vida entregada al mundo coral".



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