domingo, 15 de junio de 2014

CARTA A UN AMIGO

¡Hola!

Voy a contarte mi última clase con los niños de cinco años.

Yo no sabía muy bien qué hacer con ellos. Quería  que fuese llevadero para todos,  acabar felices y contentos, con un  recuerdo de éxito.

Puse en el teclado una pieza que ya han escuchado más veces.Hacen fila en la puerta antes de entrar. Yo toco al primero de la fila en la cabeza y le digo que se busque un sitio en el banco verde a la vez que escucha la música. Cuando entra en clase, mientras se desplaza,  me fijo en como se mueve, si marca el pulso con los pies, si camina, corre, baila o salta de forma armónica y coordinada.Cuando se sienta, en el sitio que ha escogido ,  toco en la cabeza al niño que espera su turno  para que pase y escoja su asiento mientras lo observo, sin moverme ni decir nada, de pie junto a la fila que espera en la puerta. Y así uno tras otro hasta el último. A veces mientras observo a uno toco con mis dedos la cabeza, del que está esperando, marcando el pulso, el acento o el ritmo, para que sienta de alguna manera el orden de la música y no haga movimientos ajenos a lo que escucha. Pero no juzgo, no digo nada, solo miro y callo. Ellos también se miran unos a otros y van buscando sentarse al lado de sus amigos o favoritos de la clase, rechazando a los mismos de siempre, pegándose como lapas al amigo del alma, al listo, al hijo de tal profesor o persona importante, al bien vestido, aún sabiendo que el juego consiste en escoger un sitio y dejar para los demás el resto. 

Cuando ya se sentaron todos coloco un banco frente a ellos. Les digo que tenemos que dirigir la orquesta. Pongo sucesivamente una tarantela y un nocturno, muy diferentes una pieza  de otra. Las dirigimos moviendo nuestras manos, cada uno como mejor lo crea.Yo estoy frente a ellos marcando un poco el compás, pero tampoco es eso lo que pretendo, que marquen bien el compás. Busco si hay alguno que recuerda la música y sabe ya lo que va a sonar, o si está atento y el movimiento de sus manos tiene algo que ver con lo que se escucha y procuro no decir nada cuando noto que no escuchan y me dan ganas de ...Me alegra comprobar que muchos prevén el final de una frase, o el fin de la pieza.

Luego les digo que tengo una batuta de plata en casa para los que saben dirigir la orquesta. Que los voy a EXAMINAR de uno en uno y que, mientras tanto, los demás pueden estar ensayando sin hablar ni hacer ruido.Entonces dejo el banco y me voy al teclado que está al fondo, junto a las pancartas, Lista en mano llamo, para que se siente, de espaldas a sus compañeros, en el banco que está en medio de la clase,  al primero de la lista por su nombre, en tono solemne, y le pregunto si en vez de la batuta prefiere una medalla ( porque estas ya están hechas desde setiembre, que para mí eran notas y para ellos medallas). Le digo que si no se la gana dirigiendo bien la orquesta, se la doy a otro que se la merezca.Pongo una pieza alegre y rápida y dirige, luego otra lenta e íntima y dirige. Le digo que muy bien. Le vuelvo a preguntar qué prefiere: batuta o medalla.El niño está sentado en un banco solo, en el centro, dando la espalda a sus compañeros, él y yo frente a frente. La música suena y él mueve sus manos. Sale victorioso de la prueba, aunque a veces pongo cara de asombro, de duda, de satisfacción, pero no digo nada.Solo digo su nombre y qué escoge: medalla o batuta.

Mientras tanto, al fondo, algunos ya no saben que deberían escuchar y planear cómo harán ellos cuando les toque. Procuro no interrumpir la marcha de la clase a causa de los mismos de siempre,  y si lo tengo que hacer, prefiero un modo disimulado, que no sea una perturbación más, pero es muy difícil y casi nunca lo consigo. Supongo que son hábitos que no se crean en ellos porque yo diga algo o deje de decirlo; es necesario repetir un día y otro, dejar correr tiempo para ver resultados, si son posibles. Sentirse impotente crea malestar, es mejor no hurgar y volver a insistir otro día, cuando el sentimiento de impotencia haya desaparecido.

Tengo que hacer 26 batutas y arreglar otras tantas medallas. Estoy encantada. Las batutas son un rollo de una hoja de propaganda de supermercado, envuelta en papel de aluminio y cubierta de plástico transparente. De la punta cuelgan dos corazones, uno amarillo y otro verde, que son las notas SOL MI. Esto último se me ocurrió sobre la marcha para que no le metan la batuta en el ojo al primero que pase, porque con los dos corazones colgando es más fácil ver el extremo. Los corazones son adornos de una cinta de Navidad de los chinos; cada cinta traerá 50 corazones y me sobran. Yo sabía que serían muy útiles y acerté.

Soy feliz imaginando a los niños en su casa dirigiendo música con su batuta de plata y a los padres observándolos con una sonrisa.

Volveré a contarte otra experiencia de estas porque necesito saber y tengo poco a quien preguntar.

Hasta pronto.


Agradecimientos a los que leen mis textos con lupa:

MANUEL. Acertaste en la coma que no debería estar antes de Lista. Debería ser un punto y seguido. En realidad todo ese párrafo está redactado de una forma muy confusa, desordenada, a borbotones, sin elaboración previa.

En la segunda observación que haces no estoy de acuerdo contigo, pero es cierto que se podría cambiar. Estaría mejor así :


"A veces, mientras  observo a uno, toco con mis dedos la cabeza del que está esperando, marcando el pulso, el acento o el ritmo, para que sienta de alguna manera el orden de la música y no haga movimientos ajenos a lo que escucha."

Y tampoco estoy de acuerdo contigo en la última. Recalco que él ha escogido ese sitio, es muy importante eso, porque ellos no se conforman con el que HAN ESCOGIDO y andan "danzando"  por el banco, escapando a unos y persiguiendo a otros.

A tu tercer comentario te diré que has acertado: el juego es escoger un sitio y conformarse con él. Pero, siempre hay un pero, con este texto, no pretendo dar a conocer las clases de cinco años ; es un ejercicio literario, parte es real, parte inventado; busco escribir por escribir, como algo valioso en sí mismo; hacer textos inspirados en cualquier suceso, experiencia, sentimiento, pensamiento, perfeccionarlos, crear nuevas situaciones, recrear , es un arte. Los escritores hacen arte con las palabras.






3 comentarios:

  1. Maite:
    ¿Podemos hacer nosotros también un texto sobre algún día
    en el colegio?

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  2. He encontrado un fallo:
    En la frase "Entonces dejo el banco y me voy al teclado que está al fondo, junto a las pancartas, Lista en mano llamo"...
    ¿Has puesto un punto antes de la palabra " Lista"?
    En la oración "A veces mientras observo a uno toco con mis dedos la cabeza, del que está esperando, marcando el pulso, el acento o el ritmo, para que sienta de alguna manera el orden de la música y no haga movimientos ajenos a lo que escucha."
    Después de la palabra"cabeza, has puesto una coma errónea.
    Otro error más:
    En la oración "Cuando se sienta, en el sitio que ha escogido , toco en la cabeza al niño que espera su turno para que pase y escoja su asiento mientras lo observo,"...
    Después de la frase "Cuando se sienta, en el sitio...Creo que le sobra "en el sitio que ha escogido".

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  3. Ah, ya entiendo, es decir que los de 5 años quieren hacer "mudanzas de sitio".

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